En Hidalgo, como parte de la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, la Secretaría de Salud estatal (SSH) reitera la importancia de la autoexploración como una medida clave contra esta enfermedad.
Esta fecha, impulsada para promover el diagnóstico oportuno mediante el acceso temprano a los controles y tratamientos, busca mejorar el pronóstico y la supervivencia de la población que se ve afectada.
En lo que va del año, con corte preliminar al 8 de septiembre, en la entidad se han registrado 96 casos (tasa de 9.6 por cada 100 mil mujeres de 25 años y más). La tasa preliminar de este 2024 es de 10.3 por cada 100 mil mujeres de 25 años y más (103 defunciones), mientras que la tasa nacional por esta misma causa se registra en 11.7.
El cáncer de mama es el crecimiento anormal de las células que integran las glándulas mamarias, y que progresan hasta formar tumores malignos, presentando la capacidad de avanzar (metástasis) a otros tejidos y órganos.
De acuerdo con especialistas existen, principalmente, dos tipos de cáncer de mama: 1. Loa carcinoma ductal (el más frecuente), que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta el pezón; y 2. El carcinoma lobulillar, que se origina en las partes de las mamas llamadas lobulillos, que producen la leche materna. Las estadísticas señalan que, entre un 5 y 10 % de los casos de este último tipo de cáncer, son causados por mutaciones genéticas heredadas.
Entre los factores de riesgo biológicos, destaca pertenecer al sexo femenino, el envejecimiento, antecedentes familiares con presencia de esta enfermedad, antecedentes de hallazgos de hiperplasia ductal atípica, así como vida menstrual de más de 40 años (haber iniciado antes de los 12 años y presentar menopausia después de los 52 años), densidad mamaria y ser portador/a de los genes BRCA1 o BRCA2.
En tanto que, entre los factores ambientales o iatrogénicos, que incrementan el riesgo, se considera la exposición a radiaciones ionizantes, principalmente durante el desarrollo o crecimiento (in utero, en la adolescencia), y tratamientos con radioterapia en tórax.
Respecto a los estilos de vida que se relacionan con un incremento de riesgo, se considera no haber estado embarazada, las gestaciones a término después de los 30 años o someterse a terapia hormonal en la peri o postmenopausia por más de cinco años. También influyen el consumo de alcohol, tabaquismo, sedentarismo, una alimentación baja en fibra y rica en carbohidratos, grasa animal y ácidos grasos trans, además de la presencia de obesidad, principalmente en la postmenopausia.
La autoexploración, de forma adecuada y periódica, permite identificar los síntomas sugestivos de alguna anormalidad:
- Bolitas, nódulos o engrosamiento en el seno o axilas.
- Alteración en el tamaño, forma, color o aspecto del seno.
- Aparición de hundimientos, bordes, enrojecimiento, grietas u otra alteración en la piel, o aspecto de “piel de naranja”.
- Cambios del pezón o alteraciones en la areola.
- Secreción anormal por el pezón.
- Dolor, molestia, inflamación o crecimiento de un seno.
- Dolor o incomodidad en una mama o en la axila y que no sea a causa de la menstruación.
- Inflamación en la axila.
La presencia de estos síntomas no es concluyente, por ello se requiere determinar si su presencia es benigna o maligna, por lo que, la Secretaría de Salud (SSH), recomienda acudir al médico lo más pronto posible, para una revisión.
Mediante la Unidad Médica Especializada para la Detección y Diagnóstico de Cáncer de Mama (UNEME–DEDICAM), la SSH brinda atención integral con el objetivo de disminuir la incidencia de este padecimiento. A través de su área de tamizaje, donde se realiza la toma de mastografías por indicación médica y con autorización de la interesada, en el presente año (hasta el 30 de septiembre), se han realizado un total de 4 mil 474 estudios de este tipo.
Se recomienda que esta prueba se realice cada dos años en mujeres de 40 a 49 años con dos o más factores de riesgo, y de forma anual a toda mujer de 50 años o más, bajo prescripción del especialista.
La evaluación diagnóstica, consiste en la valoración clínica y, cuando se identifiquen anormalidades, se efectúan estudios de imagen y toma de muestras para estudio histopatológico, con el objetivo de establecer o excluir de manera oportuna y confiable la presencia de cáncer.
Hasta el 30 de septiembre, en el año se han realizado 248 mastografías diagnósticas. En ese sentido, personal del área de psicología, capacitado en Acompañamiento Emocional, proporciona apoyo a las mujeres con sintomatología clínica, con resultados anormales de mastografía, así como durante el proceso de diagnóstico.
Con el propósito de orientar en la toma de decisiones de manera informada, favorecer el apego al tratamiento y el empoderamiento de las mujeres para mejorar su calidad de vida, durante estos primeros 9 meses del año se han llevado a cabo 218 acompañamientos emocionales.
En coordinación con todas las Jurisdicciones sanitarias, se apoya en el traslado y atención de grupos para la realización de estudios de mastografía. Asimismo, se transporta, ida y vuelta, a pacientes que acuden al Instituto Nacional de Cancerología (INCan) o al Hospital Juárez para su tratamiento.