El presidente Andrés Manuel López Obrador develará el lunes 23 de septiembre en Matamoros, Tamaulipas un monumento en honor a Catarino Garza Rodríguez, en el que serán colocados los restos del revolucionario que fueron localizados en Bocas del Toro, Panamá.
A través de redes sociales el mandatario destacó que Garza Rodríguez fue “un revolucionario y luchador internacionalista, como muchos héroes y heroínas que permanecen en el anonimato, aunque han sido los constructores del México de libertad, justicia e independencia en el que por fortuna y gloria vivimos”.
En la publicación compartió un video en compañía de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, en el que relató parte de la vida de Catarino Garza Rodríguez, recordado por llamar al pueblo de México a tomar las armas en contra de la dictadura de Porfirio Díaz, 18 años antes que Francisco I. Madero, quien lo hizo el 20 de noviembre de 1910.
Garza Rodríguez planteó en un manifiesto ideales como el sufragio efectivo y la no reelección, demandas defendidas tiempo después en la Revolución Mexicana.
El jefe del Ejecutivo narró que el revolucionario padeció el autoritarismo del Porfiriato y huyó de México. En ese camino, Catarino Garza llegó a Costa Rica, donde se encuentra entre 1892 y 1894 con personajes históricos como Antonio Maceo y José Martín, quienes peleaban por la independencia de Cuba, así como luchadores sociales que sostenían la integración de la Gran Colombia.
Entre esas dos opciones de lucha, Garza Rodríguez emprendió un viaje hacia Colombia, particularmente al cuartel de Bocas del Toro, donde fue asesinado por una tropa colombiana conservadora. El cuerpo finalmente quedó en una fosa común.
El Gobierno de México, por iniciativa del presidente López Obrador, logró la recuperación e identificación de los restos del revolucionario originario de Tamaulipas. Agradeció la colaboración del gobierno de Panamá y de la población de Bocas del Toro.
La doctora Beatriz Gutiérrez Müller leyó una carta que Garza Rodríguez envió a su esposa Concepción González, en la cual se muestra el testimonio íntimo y familiar del también periodista.
La misiva, fechada en Limón, Costa Rica, el 1 de enero de 1895, dice: «Mi muy amada esposa: que te escriba cartas largas y comunicativas ya lo creo que lo haré gustoso, pues debo y quiero siempre complacerte. Todas mis cartas son y han sido extensas. Es cierto que algunas veces soy lacónico, pero eso depende del recargo de quehacer. (…) No pierdas la fe ni la esperanza, pronto nos veremos y tal vez para no volvernos a separar nunca. (…) Recibe el corazón y muchos abrazos de tu esposo que nunca te olvidará. Happy New Year a todos. Tuyo siempre, Garza».
En la cápsula de lectura, la doctora mencionó que la carta es parte del archivo de la descendencia de Garza Rodríguez, residentes en la frontera de Estados Unidos con México.